Como consecuencia lógica del rescate y estabilización de la economía argentina, en un futuro cercano el país vivirá una expansión del crédito de consumo (y comercial) única. Sin embargo, aun cuando la génesis de esa expansión sea el mejoramiento de las condiciones económicas y el control de la inflación, será la “gamification” o ludificación del acceso al crédito lo que determinará su expansión y profundidad en el mercado.

El termino gamification se puede traducir como ludificación, y se refiere a la aplicación de elementos de los juegos en contextos que no son juegos. Este proceso tiene como objetivo hacer que las actividades sean más atractivas y motivadoras, aprovechando la naturaleza disfrutable e interactiva de los games.

En los próximos años veremos que los juegos de red (o videojuegos) serán una puerta de entrada para la expansión del crédito, particularmente en la generación Z. Esta ludificación se utilizará para introducir productos financieros a un público más amplio. ¿Porqué? Los entornos de juego son altamente atractivos por su interactividad y grata experiencia. Los jugadores se sienten cómodos usando los juegos.

Además, las plataformas de juegos pueden recolectar vastas cantidades de datos sobre el comportamiento del usuario. Estos datos proporcionan información única sobre el apego del usuario, sirviendo potencialmente como un mecanismo alternativo de puntuación de crédito. Esto es especialmente útil para individuos sin historial bancario tradicional.

Los juegos incluyen cobros granulares o micro transacciones, donde los jugadores pueden comprar ítems o “tokens” dentro del juego. Las transacciones regulares dentro de los juegos se usan para construir un historial financiero si se quiere, demostrando el apetito de un usuario para permanecer en el juego y manejar pequeñas cantidades de crédito. Esto no es trivial, pues sabemos la moral de pagos de un usuario de crédito, es la valía social que le atribuye a cumplir con una obligación.

La gamificación del crédito ya se puede comprobar en las aplicaciones de algunos bancos donde se puede “probar” obtener un aumento de línea de crédito, o si hay un nuevo crédito disponible. La denegación de ese crédito no equivale a un no rotundo, sino a un “siga participando”.

El bolso virtual de Gucci

Dado que la realidad ya es física y digital a la vez, pronto veremos ofertas de crédito para compras fuera del videojuego, pero desde el juego. Para los incrédulos, sugiero analizar el caso de Gucci Garden Experience, donde Gucci se asoció con Roblox (gigante de la industria de juegos online), para vender entre otros, bolsos de mano virtuales en el metaverso. Una de estas carteras alcanzo un valor de 4.115 dólares, superando el valor de la cartera real. ¿Qué impide entonces a Gucci o a un intermediario financiero ofrecer crédito para financiar esa compra? La tarjeta de crédito “cobranded” entre Minecraft y un banco local está a meses de distancia.

La afección por el juego reduce a segundos la ponderación de si se toma o no un ofrecimiento de crédito. Por esta razón esta esperada expansión del crédito, se debe hacer con campañas de educación financiera. Sin ellas, habría una falta flagrante al deber ético y social por parte de la industria financiera y del regulador. Es crucial, entonces, que cualquier esfuerzo para expandir el crédito priorice la protección y educación del consumidor.

Suponer que el consumidor es libre para decidir, es una ingenuidad. Hoy en día muchos argentinos se endeudan para consumir incluso alimentos, o para pasar al mes siguiente, ¿alguien puede dudar entonces, que en cuanto haya una mayor capacidad de crédito, ese comportamiento variará?

Argentina dejará el letargo y absurda falta de confianza en el mercado de las administraciones anteriores, pero esto no puede ser razón para tirar la casa por la ventana, y no velar por la salud financiera de sus habitantes.

Se debe también prestar atención al crecimiento de las apuestas online y la propagación de casinos. Las personas son libres de elegir, pero debemos reconocer que las asimetrías de información que predominan en estos negocios, van mucho más allá de la percepción normal. A fin de cuentas, gran parte de los humanos nos damos cuenta del riesgo que hemos tomado solo cuando vamos perdiendo en nuestras apuestas o inversiones.

Por Miguel Papic, presidente de la Fundación Libertad Humana, para El Cronista, Argentina, 11 de abril de 2024